jueves, 8 de noviembre de 2012

El ángel que apostó sus alas

Hace poco más de dos años tuve la enorme suerte de encontrar en mi camino a un ángel, pero un ángel que apostó sus alas para poder bajar a la tierra para poder ayudarnos con sus propias manos.
Bajó convertido en un hombre gentil, profesional, serio pero increíblemente maravilloso. Sus manos continuaron siendo mágicas, pero su don tan sólo podía emplearlo para sanar a los demás.
Lamentablemente ahora mismo no me salen las palabras para escribir algo que esté a la altura de lo que él se merece. Las lágrimas se agolpan en el pecho y me impiden pensar otra cosa que no sea LO INJUSTO que es a veces todo esto… quisiera patalear cual niña pequeña. Gritarle al cielo que nos lo devuelva, que aún era pronto, le quedaba tanto por hacer, tantos otros a los que ayudar… Pero creo que se le agotaron las ganas de luchar… de luchar por él y de seguir viviendo.




Mucho hiciste por unos cuantos, pero principalmente por el primer hombre de mi vida, aquel que hoy puede jugar con sus dos nietas gracias a ti.
Me quedó tanto por agradecerte, tanto por decirte!!!!!!!!!!!!
Descansa en paz, te lo mereces, y sobre todo, recupera tus alas...

1 comentario:



  1. Ya terminó para ti, el horror de la lenta destrucción, has perdido esta batalla, pero confío en que has ganado la guerra
    Hoy nos has dejado solos……que temprano se nos hizo tarde.
    Un hachazo duro, una mano invisible y helada te ha vencido, adiós.
    Te fuiste allá, al otro lado, el péndulo del reloj se te paro para que pudieras alcanzar el cielo
    Siempre vivirás en nuestro recuerdo, en la infinitud de nuestra memoria, gracias por habernos dejado conocerte, nos queda la esperanza que te veremos cuando Dios crea que nuestro camino ya está recorrido, hasta pronto querido doctor.

    ResponderEliminar

¿que me quieres decir?